En el sur de Veracruz, la sal rosada del Soconusco se extrae de un pozo sagrado de forma ritual hacia finales de la primavera. Una tradición ancestral heredada por indígenas nahuas cuyos cuidadosos procedimientos han sido preservados de generación en generación durante siglos.
El trabajo de familias y pequeñas cooperativas que a través de métodos artesanales y sustentables, como la selección manual, el secado al sol y la molienda en piedra, producen diminutas cantidades de granos durante la cosecha o “cocimiento”. Pues a diferencia de otras sales que se pueden producir durante casi todo el año, de este pozo sólo se puede extraer durante escasos días.
Tantos cuidados le otorgarán su característica coloración rosácea asalmonada con sabor dulce, suave y agradable al paladar. Asimismo, sus cristales se desbaratan de forma delicada y uniforme haciéndola ideal tanto para acabados en ensaladas o carnes, como en estofados, horneados y salsas.
Presentaciones: 280 gramos y 900 gramos
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